El Mercado que no fue

Publicado el 5 Feb, 2016

Entre noviembre y enero, los precios de los alimentos escalaron con rapidez al compás de los anuncios que luego se hicieron efectivos: la devaluación y la quita de retenciones. Consumir se hace cada vez más difícil, y todo indica que las dificultades irán en aumento. En este contexto, vuelve a la memoria la historia de un proyecto que buscaba limitar el abuso de las grandes cadenas de supermercados y acercar precios populares a los vecinos de la zona.

Marta Balado, referente de FPV La Patriada Comuna 13, describe la experiencia. 

A comienzos de 2014, vecinos y organizaciones de la Comuna 13 tomamos conocimiento  del proyecto de instalar el Súper Central en Colegiales. Las autoridades de la Secretaría de Comercio se pusieron en contacto con nosotros para contarnos la idea. En un primer momento, se habló  de su instalación en el predio de la calle Moldes, con galpones del ferrocarril que ocupan varias cuadras entre Avilés y Teodoro García. Finalmente, se ubicó en la calle Cramer 475.

¿EN QUÉ CONSISTÍA EL PROYECTO?

Se trataba de un supermercado con el formato habitual, que ofrecería todo tipo de productos: carnes, pescado, lácteos, elementos de limpieza. Contaría con caja centralizada, playa de carga y descarga, playa de estacionamiento para 60 vehículos de clientes, cámaras de seguridad en el interior y exterior, iluminación exterior a pleno durante toda la noche. Generaría también nuevos puestos de trabajo.

La modalidad de ventas implicaría una doble vía: a) para consumidores privados a los precios del Mercado Central de Aldo Bonzi (lo que significaba al menos un 40% de ahorro) y b) para pequeños comerciantes de proximidad, que se debían inscribir en la Red Comprar , hacer su pedido telefónicamente o por mail, y los productos comprados se les entregarían martes y jueves en la playa de descarga del supermercado de Colegiales, a los precios del Mercado Central, con un 10% de recargo.

¿QUÉ HABÍA ANTES EN EL PREDIO DE CRAMER 475?

Un basural plagado de ratas de tamaño mutante; rezagos de autos. Un gran barrial, con un ambiente de oscuridad absoluta a partir de las 6 de la tarde en invierno, que hacía que los transeúntes eligieran otra calle, evitando esa zona peligrosa. También había un techo parabólico que algunos vecinos usaban como estacionamiento de sus autos particulares, en forma totalmente gratuita y sin autorización alguna.

PRESENTACIÓN de VECINOS EN EL CONSEJO CONSULTIVO COMUNAL 13

En junio de 2014, un grupo pequeño de 4 vecinos  de Crámer 475 se presentaron en el plenario del CCC13 para exponer su oposición al proyecto del supermercado. Sus argumentos fueron variados: 1) invocaron un “acuerdo programático” de la época de Aníbal Ibarra, por el cual todos los terrenos del ferrocarril en desuso que superaran los 3500 mts de superficie serían destinados a plazas. Aclaro que el predio de Cramer 475 no supera los 3000 mts, por lo cual dicho pre acuerdo no sería  aplicable 2) afirman que el proyecto se trataba de un emprendimiento privado del empresario Alberto Samid, que pretendía instalar una “Saladita con 60 puesteros”,  a pesar de que en los carteles montados en el frente de la obra se indicaba que pertenecía a la Red Comprar de la Secretaria de Comercio Interior de la Nación; 3) argumentan que la calle Cramer es angosta y no permite el tránsito de camiones de gran porte, a pesar de que desde un comienzo se anunció que el traslado se haría en vehículos de mediano y pequeño porte que ingresarían en la playa de carga y descarga de mercaderías;  4) dicho literalmente: se les “llenaría en barrio de negros”. Estos “argumentos” fueron difundidos durante meses por la CAME que instaló mesitas en todo el barrio, entregando folletos de ese tenor.

 RESISTENCIA AL  PROYECTO Y APOYO AL MISMO

De inmediato, aparecieron los amparos de los opositores al Super; uno de ellos fue el presentado por  Jorge Grecco, miembro del equipo de prensa de Horacio Rodríguez Larreta ante el juez federal Torres, y fue desestimado por la Cámara.

Por nuestra parte, abrimos un grupo de Facebook y una Petición de Change.org, que en conjunto superaron los 15.000 adherentes.   Hicimos 4 reuniones vecinales en la puerta del Súper y hasta una radio abierta sobre el viaducto Lacroze, con amplia concurrencia de vecinos. Personalmente me presenté como parte en el expediente judicial que llevaba el Dr. Santiago Pérez Teruel  por la Secretaría de Comercio, demandando la habilitación del Súper. También participé hablando  en la primera audiencia pública en la Legislatura de CABA para lograr la habilitación.

Como es sabido, el PRO volvió a ganar las elecciones en la Ciudad. Durante las dos semanas previas al 10 de diciembre, la Secretará de Comercio desmanteló el Súper, llevándose góndolas, heladeras y todo lo instalado allí, con la idea de montar un Súper de esas características en Ushuaia

Pedí los antecedentes administrativos y judiciales con el fin de hacer una presentación ante la negativa del gobierno de C.A.B.A. a pesar de haberse cumplido todos los requisitos exigidos oportunamente, pero no logré que desde la Secretaría de Comercio me suministraran esos datos.

Ante la declamada preocupación del gobierno del PRO por la inflación durante el gobierno K (compensado permanentemente con paritarias libres), parece un contrasentido haber impedido la apertura de un supermercado que ofrecía un 40% de ahorro para consumidores y pequeños comerciantes. Estaba todo instalado, el personal seleccionado, todas las exigencias requeridas para su habilitación satisfechas. Sería totalmente incomprensible si no fuera porque privilegian los negocios de las grandes empresas por sobre los intereses de los ciudadanos.