Jozami: “La lógica política lleva a la constitución de un frente”

Publicado el 10 Abr, 2016

Eduardo Jozami es periodista y escritor, abogado y profesor universitario. Referente de los Derechos Humanos y la militancia política. En esta entrevista con La Gaceta cuenta su mirada del momento actual y qué se puede esperar en el devenir de tan vertiginosos acontecimientos.

L.G: ¿Cómo describiría en términos políticos al gobierno de Mauricio Macri?

E.J: Es un gobierno de derecha, que representa en la Argentina a las tradiciones conservadora y neoliberal. Con la notable particularidad de que estas políticas desde 1955 en adelante fueron llevadas adelante por gobiernos militares, y en este caso Macri ha ganado las elecciones, y esto le otorga características diferenciadas. Al mismo tiempo también es cierto que este gobierno tiene legitimidad democrática de origen, pero ha mostrado procedimientos notablemente autoritarios.

L.G: ¿Cuál es su balance de los primeros 100 días?

E.J: Habría que ser justos y decir que Cambiemos produjo un cambio muy grande, sólo que es un cambio regresivo, un cambio que lamentamos. Son muchas las medidas, en un lapso muy corto: debe ser la primera vez que se devalúa y se quitan las retenciones al mismo tiempo. Una devaluación como la que hicieron y además sacar las retenciones, muestra claramente que la propuesta es una enorme transferencia desde los sectores populares hacia los sectores más concentrados. La anulación de las retenciones a la minería no tiene otra explicación que la de favorecer a los monopolios internacionales dedicados a esa actividad, porque lo que uno podría esperar es escuchar sobre los riesgos ambientales o sobre las exorbitantes ganancias del sector que deja ínfimas regalías a las provincias. Y sin embargo, esto va en el sentido contrario. En general, el macrismo observa al Estado como algo que hay que recortar y achicar. Macri dijo que sobran cientos de miles de trabajadores estatales. En los años previos era algo impensable, incluso los opositores no podían plantearlo en esos términos. En la política internacional hay un alineamiento sin fisuras con los EEUU. No se puede hacer sino un balance negativo. Y tal vez lo más preocupante es que las respuestas que hemos podido dar frente a esta ofensiva han sido débiles

L.G: ¿En lo específicamente económico, qué variables son las más sensibles o complicadas?

E.J: Creo que el gobierno ha comenzado por hacer los deberes, y esto no tiene que ver con sus compromisos con el pueblo o con ningún capítulo de la teoría económica. Tiene que ver con la transferencia de ingresos a los grupos dominantes y la consecuente reducción de ingresos a los sectores populares. Cuando uno tiene un ministro de Trabajo que dice que el salario real en la Argentina es más alto que en América Latina, cosa que nosotros celebramos, y agrega que es lo que van a tratar de corregir, entonces no hay que preguntarse mucho cuáles son los objetivos de este gobierno, porque es bastante claro todo. Por supuesto que el Gobierno quiere estabilizar esto, por eso está preocupado con la inflación. Va a conceder algunos aumentos de salario, va a poner límite a las paritarias pero no va a poder impedir que haya algún acercamiento al nivel de la inflación. Son aspectos secundarios de la política, que son necesarios para estabilizar. Como tantas veces ocurrió en la historia argentina, se utiliza el factor inflación como si fuera el problema central que nos lleva a que todos los argentinos coincidamos en que lo que hay que hacer es bajarla. Entonces ahora el gobierno, después de haber hecho esta transferencia tan grande en contra de los trabajadores, dice “vamos a bajar la inflación como sea”, y va a haber una recesión profunda, que ya se está notando. Con el programa de reducir el gasto público y la emisión monetaria, será más profunda todavía. Así va a pronunciar la caída del salario y a generar desempleo. No es la primera vez que pasa, pero sí de esta forma tan desfachatada. El gobierno provocó la aceleración de la inflación de una manera descarada, el aumento de las tarifas a niveles desconocidos. Nunca antes pasó una cosa así. No digo que creó el problema, porque ya existía, pero lo agravó. Y ahora viene con la solución que es bajar el gasto, reducir la demanda agregada, que es peor que la enfermedad.

L.G: ¿Cuáles son las expectativas para la configuración de un frente popular que se oponga a este proyecto?

E.J: Lo primero es que eso es absolutamente necesario, hemos tenido un cambio tan notable y una agresividad tan marcada para el conjunto de los sectores populares, que la respuesta también debería ser amplia y unificada. Esto supone para los kirchneristas una responsabilidad muy grande. Hay dos procesos simultáneos. Primero una cuestión de la relación entre el kirchnerismo y el conjunto del peronismo. Este proceso político transformador que vivimos durante 12 años se apoyó en una fuerte presencia electoral del Partido Justicialista y podemos decir que un núcleo del peronismo que encabezaron Néstor y Cristina pudo conducir al conjunto del movimiento, más allá de las notorias diferencias que antes se sospechaban y ahora se revelan. Esa es una lucha importante que no se debe abandonar. Los que están colaborando con el gobierno no deben ser considerados compañeros, porque esto confunde a la gente. La división es política como siempre, los que están en contra de Macri son compañeros nuestros. Ahora, en segundo lugar, esto es parte de una convocatoria más general. En los años en los que estábamos en el gobierno, el clivaje se planteaba entre kirchneristas y antikirchneristas. Eso es casi inevitable mientras uno está en el gobierno. Pero como ahora no estamos en el gobierno, sería realmente muy tonto que nos prestáramos a reeditar esa división en la sociedad. Ahora está gobernando Macri y la cuestión se divide entre los que lo apoyan o son complacientes y los que quieren salir a enfrentarlo. La lógica política lleva a la constitución de este frente.

L.G: ¿Cómo cree que sería la mejor manera de encarar esta etapa estratégica y tácticamente?

E.J: Creo que en primer lugar que hay que reivindicar el kirchnerismo. Ha sido la identidad que se ha ido forjando en estos años y que cuando la gente empiece a alejarse, los que lo votaron o los que estaban confundidos, inmediatamente lo van a comparar con lo que vivieron en estos últimos 12 años. Entonces me parece fundamental reivindicar los gobiernos de Néstor y Cristina como el mejor programa alternativo a esto que se está viviendo ahora. Me parece que lo tenemos que hacer con una visión más convocante y amplia que hemos tenido hasta ahora. Decir que ése es el programa implica agregar que hay una serie de cosas que no se pudieron hacer, o que no se entendió que había que hacerlas, y eso pueda permitir el acercamiento de sectores más amplios. Cuando digo que hay que reivindicar al kirchnerismo, no estoy diciendo que ese frente popular se tenga que hacer con las banderas del kirchnerismo. Se hará con lo que resulte de este proceso.