Strada: “Para Macri, hubo una excesiva distribución a favor del trabajo”

Publicado el 10 Mar, 2016

La especialista en economía  Julia Strada fue entrevistada en el programa La Canalla por FM La Patriada acerca de las políticas del gobierno de Macri, sus consecuencias y objetivos.

La Canalla: ¿Cómo describirían el proyecto económico encarado por el gobierno de Macri?

Julia Strada: Nosotros lo llamamos el  plan 70-30, porque si durante el kirchnerismo se apostó a volver al 50-50 histórico del peronismo, a lograr una distribución lo más equitativa posible entre capital y trabajo vía paritarias y fortalecimiento institucional de las relaciones laborales, lo que se perfila ya en los primeros 90 días de gobierno de Mauricio Macri es la idea de que ha existido una excesiva distribución a favor del trabajo.  Lo han dicho incluso de esta manera algunos de sus mejores exponentes: los trabajadores han tenido excesivos aumentos salariares y por ende hay que “ajustarse los cinturones”.  En alguna otra oportunidad han utilizado la expresión de “se acabó la fiesta”, “hay que pagar la fiesta”. Se plantea una nueva distribución del ingreso, que reduce la participación de los trabajadores, como ocurrió en la última dictadura militar y como sucedió en los 90.  Luego, es interesante observar qué ocurre con los sectores concentrados del capital, de qué manera se apropian de esos ingresos de las grandes mayorías, qué conflictos van apareciendo al interior del bloque de poder.

LC: ¿Estos conflictos están basados en quién se lleva la parte más grande de la torta?

JS: Claro. Nosotros hacemos una reconstrucción y vemos que estos conflictos se reproducen a lo largo de la historia. Por ejemplo, con la hiperinflación de 1989, lo que ocurre es un apriete, una corrida cambiaria de parte de los acreedores externos, en la medida en que estábamos en moratoria desde 1988. Esta corrida terminó con el gobierno de Alfonsín y que con la victoria de Menem se repartieran esos recursos que los acreedores estaban deseosos de cobrar vía privatización de empresas.  En ese momento, había una puja concreta entre los acreedores o bancos extranjeros y los grupos económicos locales como Aluar, Techint, Arcor, que estaban recibiendo transferencias por la promoción industrial y por una serie de descuentos fiscales que beneficiaban a estos sectores, que siempre se alimentaron de la “patria contratista”.

Ahora también se empiezan a ver algunas pujas.  Cuando Macri anuncia la eliminación de retenciones para el campo, el representante de Techint dice ¿Y para nosotros cuándo? Automáticamente se eliminan también las retenciones industriales. De la misma forma, existe una disputa en la fijación del dólar y de las tasas de interés.  Sabemos que el sector financiero apuesta a tasas elevadas que le permitan obtener una buena diferencia entre el costo de la plata que presta y el costo de la plata que paga al pequeño ahorrista cuando deposita un plazo fijo.  Siempre te cobran más por prestarte que por guardarte la plata.  Esas altas tasas son un gran beneficio para el sector bancario, pero en la medida en que el campo continúa retaceando, la apuesta es reducir esas tasas de interés y a que suba el dólar. Tiene lugar un cruce entre el sector financiero y el sector agrario.

L.C: ¿Podrías repasar cuáles fueron las principales medidas que beneficiaron a los sectores del capital más concentrados?

J.S: Los distintos beneficios a esos sectores del capital se vienen repartiendo tratando de conformar a todos. Un poco para el sector financiero con la desregulación de las tasas, con las propuestas de reforma de la carta orgánica del Banco Central, con dos millones de dólares que pueden retirarse al mes y la apertura para fugar capitales. Por otro lado, a las grandes empresas de orden productivo se las benefició con la propuesta de eliminación de los aportes patronales para el empleo joven durante los primeros cinco años, con la desregulación total en el tema precios, con la eliminación de controles en la cadena de valor. También hay que mencionar los grandes beneficios al campo, con la eliminación de retenciones para todos los cultivos y la reducción en cinco puntos para la soja, la devaluación, la entrega del Renatre nuevamente al Momo Venegas, que es un sindicalista empresario. Estas fracciones del capital tienen sus demandas propias, y aspiran a seguir avanzando en ellas.

LC: ¿La lucha por los intereses específicos puede complicar al gobierno?

J.S.: Hay una nota del diario La Nación del día 26 de Diciembre donde dicen “Preocupan en el círculo rojo los excesivos beneficios al campo”.  Están viendo que es un gobierno que arrancó con grandes beneficios al sector agroexportador y que eso choca de alguna manera con una matriz industrial, aún si es una matriz con gran concentración. Como hipótesis, creemos que esta nueva comunidad de negocios difícilmente se sostenga con el paso del tiempo en los próximos cuatro años del gobierno de Mauricio Macri, y seguramente alguna de estas fracciones termine conduciendo el proceso como efectivamente ocurrió en cada momento de la historia.  Y acá agrego un dato, los que están a cargo de la cartera económica – Prat Gay, Luis Caputo y también Sturzenegger– son hombres que provienen o tienen vínculos con la banca internacional.  Ahí está muy bien expresado quiénes son los sectores que aún no fueron beneficiados, porque todavía no llegó el endeudamiento, pero que están definiendo la política económica.

LC: ¿La única coincidencia entre todos estos grupos es lograr reducir la participación de los trabajadores en los ingresos nacionales?

JS: Esa es la coincidencia de origen.  Me gustaría explicar esta cuestión.  No es que el PBI – o para decirlo más claro todavía “la torta” – se haya incrementado en los últimos 90 días de gobierno. Estamos hablando del reparto de la misma masa de ingresos. Entonces la pregunta para el que no sabe economía es: si el agro recibe su parte, si las empresas energéticas y los ricos que consumen autos de lujo también reciben su parte, si el sector financiero también recibe su parte, ¿de dónde sale esa masa de ingresos que se transfiere? Porque no es que sale de algún lugar ajeno a la economía. La economía redistribuye lo que ya existe, y eso sale del bolsillo de los asalariados, de los que tienen menos ingresos.