Ser felices luchando por la justicia

Publicado el 12 Mar, 2016

La multitud lo recibió con aplausos, gritos y cantos. Víctor Hugo Morales había llegado a la Paternal. El barrio que cobija como suyo al “barrilete cósmico” que enredó a los ingleses y que Morales inmortalizó en palabras.

Su llegada fue sorpresiva, porque lo hizo casi una hora antes del comienzo formal del evento. Esperó en los estudios de FM La Patriada que se hicieran las 19, porque mucha gente seguía llegando. Al momento de empezar la charla-debate, el cruce de calles se encontraba totalmente cortado y se calcula que unas 1000 personas fueron protagonistas del acontecimiento. Muchísimos se encontraban parados, mientras que otros más precavidos y experimentados llegaron con sillas de plástico y reposeras. Las mesas del Café de los Patriotas, tanto dentro del salón como en la vereda, se encontraban ocupadas desde muy temprano.

El clima era de mucha emoción. En los últimos años, Víctor Hugo se transformó en un referente del campo popular, y su artero despido de Radio Continental fue un duro golpe no sólo para sus seguidores, sino también para todos lo que consideran que la comunicación y la información son derechos del pueblo.

Morales repasó distintos temas de actualidad y respondió preguntas del público. “Esta situación de menos república, democracia, libertad de expresión, de un país que vuelve a ponerse de rodillas frente al poder económico, como un efecto dominó, se está expandiendo en el continente”. Se refirió al triunfo del NO en el referéndum para definir sobre un nuevo mandato de Evo Morales en Bolivia y al ataque judicial en contra de Lula, a quien definió como  “un hombre que cambió la historia de Brasil,  que puso comida en la mesa de quienes no comían, que puso a Brasil en la más alta consideración del mundo, que hizo un tránsito excepcional, democratizador de nuestra América Latina”. Destacó que en el país hermano se esgrimen las mismas mentiras que en la Argentina y que “allá Bonadío se llama Sergio Moro, allá Clarín se llama O Globo”.

El rol de los medios de comunicación ocupó un lugar central en su alocución.  “Lamentablemente, muchos vamos a pagar el error de los que se traicionaron a sí mismos. ¿Qué es traicionarse? Es votar por afuera del lado del mostrador al que uno pertenece. Para que eso ocurra, están los medios de comunicación. Tenemos que ir peleando y defendiéndonos. Hay que recuperar posiciones”.

Víctor Hugo aprovechó el encuentro para pronunciarse sobre la detención ilegal de Milagro Sala: “Es una luchadora, que ha tenido que luchar en dos frentes. Para afuera, miró de frente a los que toda la vida habían sojuzgado a su pueblo y les dijo de tú a tú que eran unos ladrones que habían robado a su pueblo. Pero además tuvo que luchar con su pueblo para despertarlos, para decirles tenemos derechos, para darles ánimos y fuerza. Milagro Sala está presa en nombre de no se sabe qué, frente a lo que es el reclamo del mundo”.

También dedicó gran parte de su intervención a hablar sobre las funciones del Estado, los despidos y ajustes que se vienen llevando a cabo, y se explayó sobre los ataques a la educación pública y a las universidades nacionales creadas en la última década: “Quieren estudiar ellos, para que cuando aparezca un gobierno de corte popular, como el de Lula o Evo, de esos que son hijos del trabajo real, rápidamente salir a decir que no están en condiciones de gobernar. Entonces los que estudiaron son Prat Gay, Sturzenegger. Pero resulta que  un señor que vino de Santa Cruz con un cuaderno de almacenero para saber cuánto entró, cuánto vendimos, cuánto tenemos de reservas, pudo hacer que la política mande. Porque la política debe ir siempre por delante”.

Los aplausos estallaron para recordar a Néstor Kirchner.

Las palabras de cierre también generaron el clamor popular. A ellas siguieron los abrazos, fotos, firmas, y regalos. Víctor Hugo tardó en irse casi el mismo tiempo que duró la actividad de charla y preguntas. Cientos de personas se acercaron para saludarlo, verlo de cerca, hablarle, pedirle autógrafos. Con una sonrisa, le dedicó tiempo a todos hasta el último instante en que logró subirse a su auto.

Su paso por el Café de los Patriotas tuvo mucho que ver con las palabras con las que cerró un Ateneo que será recordado a través del tiempo:

Tenemos que estar. Eso es no permitir que nadie haga lío. Nos tiran la violencia para que reaccionemos. Todos los días nos están haciendo algo. Todos los días es un desafío para que nos calentemos. Apelemos al humor, al estar presentes, a cantar, a decir que estamos vivos. Los invito a que redoblen la ilusión. John Berger tiene un libro que se llama Con la esperanza entre los dientes. Berger dice que no hay felicidad sin anhelo de justicia. Seamos felices luchando por la justicia”.